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Liberación Pansomática®
Liberación Pansomática®

La Liberación Pansomática® es una forma de trabajo, fruto de la experiencia y del conocimiento de diferentes y variadas técnicas.

Según su significado, se entiende como la liberación del pánico somatizado. La raíz griega “panalude al pánico.

Tal pánico o miedo intenso se somatiza en forma de tensiones musculares con el fin de protegernos del dolor físico y/o emocional, pero dicha protección nos aísla o desconecta de nuestro mundo interior y exterior, haciéndonos vivir en un mundo irreal.

No hemos venido a este mundo para vivir, cumplir, realizar e interpretar un sueño apartado de nuestra realidad. Hemos venido a vivir nuestra verdad profunda que, desgraciadamente, la hemos escondido tras los muros del miedo.

Mientras imaginamos y soñamos una vida tras el muro del miedo, no nos queda otra que ir palpando a tientas ese muro que nosotros mismos hemos levantado hasta encontrar su final, o mejor su principio, y así poder acceder de nuevo a nuestro origen, aunque al principio todavía temerosos y vulnerables de no volver a perderlo, o perdernos, porque ahora ya sabemos que ningún otro lugar es mejor que nuestra verdad.

Seguramente lloraremos, quizás también a carcajadas, aquellas lágrimas y sollozos que no permitimos salir aquel día en el que el miedo nos ahogó y paralizó, aquel día en el que el miedo nos desterró al otro lado del muro, al otro lado de nuestra propia luz. 

Pero dicho muro no es ninguna abstracción, ni una teoría filosófica, el muro está en nuestro cuerpo, en nuestras fascias y tendones, en el colágeno endurecido y adherido del tejido subcutáneo profundo, en nuestros circuitos neuromusculares, en nuestros esquemas y programas psicomotrices.

El muro que nos separa de nuestra profundidad existe y se puede, se debe, hacer consciente para deshacerlo, ablandarlo, derretirlo, fundirlo a través del contacto, del diálogo directo, sincero, hasta lograr una unidad que se produce cuando el muro cede.

Pero tendrá que ceder reiteradamente, una y otra vez, como una espiral hacia abajo, cada vez más profundo, y sin duda nos toparemos con el miedo psíquico en un proceso en el que vamos atravesando capas desde el miedo más somatizado y denso, el miedo más metido en el cuerpo, el miedo del pasado..... al miedo sentido en el aquí y ahora, al miedo del presente, y éste también tendremos que aprender a "gestionarlo" de otra manera diferente, para no volver a caer en las mismas, para que no vuelva a somatizarse otra vez.

Si finalmente el muro lo que trata es de aislarnos de nuestros sentimientos más tiernos, más inocentes, para protegernos del dolor insoportable, se podrá decir que el muro nos aísla de nuestro corazón.

No estoy de acuerdo con quienes dicen que el miedo anida en el corazón, a éste el miedo siempre le afecta desde fuera, digamos que le puede rodear, oprimir, tanto incluso que no le permita latir, entonces deja de hacerlo y muere, y nosotros con él.

Estoy convencido de la pureza y la inocencia del corazón, incluso de su valentía, de ahí viene la palabra "coraje", de todos los corazones.

También entiendo que en ocasiones los siniestros muros que rodean a algunos corazones hacen casi imposible creer en su pureza y su inocencia.

Aún así, creo que el corazón es sencillo, de echo creo que es "la sencillez" el medio para encontramos con él.

Él sabe de anhelo y de pasión...de verdad, lo que no es verdadero no está en su ADN, latirá más rápido o más lento, más fuerte o más débil, pero el latir es su vida, y la vida es su latir.

No perdamos el contacto con nuestro "muro corporal", ni con nuestro miedo, justo al otro lado late el corazón que en realidad somos. Huir de nuestro cuerpo, aunque esté maltrecho por nuestras tensiones y miedos, supone en realidad huir del corazón de nuestro ser.

¡El peor de los miedos es tenerle miedo al miedo!
  
 
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